TUITEEMOS:

sábado, 12 de noviembre de 2022

Como el moro

 Hoy he estado en tu ciudad, da igual que ya no estés aquí, sigue siendo tuya.

Aquí permanecen el río y las calles y los callejones donde bajo sombras y portales aún imagino que te beso estrechando nuestros cuerpos contra el muro, hincando mis dientes en tu cuello.

Aquí perviven los reflejos de los escaparates, que alguna vez contemplaste, donde busco algún recuerdo de tus ojos mirando con deseo mientras te desvisto de las prendas más sutiles.

Aquí residen mis fantasías, mis desvelos, mi ansiedad y mis temores. Todos ellos acechando en cada ventana por las que miradas, que no eran mías, te observaron sin saber que las envidiaba.

Aquí suenan las voces que en alguna ocasión escuchaste, con su acento, con su deje y su resabio y con las que cruzaste, seguro, más de un grito y de un verso.

Aquí brillan en lo alto las estrellas que adornaron por las noches tu camino de vuelta a casa mientras yo en la distancia esperaba un mensaje de tu mano para desearte dulces sueños.

Aquí desfila leve el aire que alborotó tu pelo despeinado y rozó tu piel erizándola con las caricias que sólo pude darte mientras dormíamos. El mismo aire que respiraste y ahora inspiro esperando captar aquél aroma de tu melena mientras dejo resbalar cada latido, abandonado ya, sin fuerza.

Aquí, justo donde tantas veces quise estar para estar contigo, destino habitual de mis huidas, objetivo de mis fugas, la meta de mis empeños era aquí porque tú estabas.

Suspiró aquí el moro hace tiempo por todo lo que abandonaba y suspiro yo ahora, ya ves, por nada. Sólo por irme hoy de aquí...