TUITEEMOS:

lunes, 30 de marzo de 2020

Hasta aquí


Se acabó. Son palabras llenas de intencionalidad pero vacías, lo sabemos los dos, tú lo sabes, yo intento asumirlo.

No se puede poner límite a un sentimiento de un día para otro, se puede disimular, tragar saliva y callar por no herir, pero no puedo hundir este bolo amargo que se me aferra a la garganta cada vez que te recuerdo.

Puedo jurarme y comprometerme que no voy a ir ni un paso más allá pero al cabo del tiempo volveré a preguntarte, a preocuparme, a molestarme en saber de ti, si estás bien, cómo te va, qué ha sido de los tuyos.


Me reafirmo en que no, en que esta vez ya he llegado al punto de retorno, y a la vez me digo si no será todo una manera tuya de tratar de darme un aterrizaje suave después de tanto como hemos volado. Sin cortarme las alas, poniendo un colchón de plumas, como siempre, dudo. Me negué lo bueno y me sigo negando a creer lo malo.

Con cada pequeña mención, con cada breve destello, con cada palabra a ti asociada afloras en mi cabeza. Tu ciudad, tu trabajo, tu voz, tu familia, tus ojos, tu sentido del humor, tu pelo, tu forma de vestir, tus labios, tu coche, tu nariz…afloran por todas partes y cada uno de ellos me lleva al otro sin preocuparse de si hay fronteras o kilómetros de por medio, desearía ir a tu encuentro...pero no, todo no, ya no. Se ha acabado.

Escrito para #relatosLímites  de @divagacionistas

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